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¿Por qué complicamos tanto el protocolo familiar?

Actualizado: 12 jul 2021

Busquemos la sencillez a la hora de establecer un protocolo familiar


A lo largo de los años, he comprobado que una de las causas más típicas de fracaso al intentar hacer un protocolo familiar, es querer entrar a examinar todos los puntos que normalmente se regulan o se pueden regular en un protocolo.


Son muchos los ejemplos de familias que han gastado dinero y tiempo en redactar protocolos de gran volumen de páginas, que luego solo han servido para almacenarlo en las estanterías de sus despachos.


Hace tiempo que ya reflexioné sobre este problema, llegando a la conclusión que los profesionales que nos encargamos de este tipo de materias tenemos algo de culpa y por tanto, debemos ser honrados con nuestros clientes y no querer embarcarlos a la primera en un proceso que no llegue a ninguna finalidad.


Yo cada vez con más fuerza defiendo la necesidad de introducir la sencillez en el mundo jurídico, la simplicidad, la individualización, y más en un proceso como el protocolo familiar, que debe ser flexible, debe adaptarse a las circunstancias de cada familia, de cada empresa y sobre todo de cada momento.


Así, por ejemplo, en una empresa familiar de segunda generación joven, donde los hijos de un solo fundador están recién incorporados a la empresa de su padre, y no tienen hijos o los tienen muy pequeños, a lo mejor lo que les interesa en ese momento es regular sus sueldos, sus  funciones y responsabilidades, más que perder el tiempo en regular como va a ser la entrada de sus hijos, (nietos del fundador) presentes o futuros.


Las ventajas de ser empresa familiar


Si usted es socio de una empresa familiar, entendida por tal aquella donde tanto la propiedad total o parcial, como la gestión directa de la empresa y su estrategia está en manos de una o más familias, sabe que tiene una ventajas en relación al resto de organizaciones, que se pueden resumir en contar con una gran fortaleza y con un gran potencial de crecimiento futuro.


Esto es así porque las empresas familiares tenemos unos principios propios:

El compromiso a largo plazo tanto de la propiedad como de la dirección. Valorar en mayor medida la reputación y ética de la marca y el apellido familiar. Tender siempre hacia la continuidad de la empresa.

Estos principios nos permiten enfrentarnos a los problemas que acechan a cualquier tipo de empresas con otras formas y sobre todo con otra actitud y aptitud, que generalmente suele ser exitosa.


Riesgos de ser empresa familiar


Pero junto a estas ventajas que nadie puede negar, las empresas familiares se enfrentan a dos tipos de riesgos o problemas:


a.– Los riesgos propios de cualquier actividad empresarial, ya sea familiar o no, tales como mejora de la productividad, falta de competitividad, organizaciones jurídicas coherentes y lógicas, riesgos de terceros, etc etc.

b.- Los riesgos propios de las empresas familiares,  que vienen repitiéndose, por desgracia, en distintos tipos de empresas y de generación en generación. Este tipo de riesgos surge cuando se confunde la dirección de la empresa con la vida de la familia y afectan a la continuidad de la empresa.


Cómo afrontar con éxito los riesgos de la empresa familiar


El empresario puede adoptar dos decisiones ante estos riesgos y retos que tiene la empresa familiar:


1.- No hacer nada


Esta opción, por desgracia, es la más común.

Es la más común porque, por un lado, los padres fundadores no quieren ni tienen ganas de tocar estos temas porque saben que puede generar controversias y “malas caras” y conformen van cumpliendo años menos les apetecen los conflictos familiares.


Por otro lado, los hijos, segunda generación, tampoco hacen nada, porque nadie quiere aparecer como el hijo díscolo que ha alterado la “paz familiar.”


2.-Empezar a actuar


Si usted, empresario, es de los que piensan que la mejor decisión es «empezar a actuar» quédese con dos acciones sencillas:

Fíjese unos pocos objetivos claros que se puedan conseguir. Vaya poco a poco, logrando pequeños éxitos.


El protocolo familiar


Para fijar esos objetivos, permítame que le ofrezca las siguientes ideas, dentro de las muchas que hay, y que por supuesto habrá que desarrollar:


No identifique al protocolo familiar como un simple contrato o documento


Para mi es algo más, es proceso, un proceso de comunicación, deliberación y negociación entre los miembros de la familia, que efectivamente puede terminar o no en un documento formal, donde se recojan ciertos acuerdos sobre algunos aspectos de la empresa/familia que se quieren regular.


He conocido empresas familiares con acuerdos muy válidos y plenamente efectivos y ejecutables, en estas materias, que simplemente eran verbales.


Olvídese de protocolos familiares con modelos extraídos de Internet o copiados de otras familias de éxito


Su empresa y su familia son únicas y como tal necesita un traje a medida, que además, como hemos dicho, variará también según el momento en que se lleve a cabo.


Céntrese en lo que de verdad le preocupa


Céntrese en los puntos que en este momento le preocupan, o que cree que le pueden preocupar. Si le preocupa la entrada de nuevos familiares regule su entrada, si le preocupa la formación del futuro gerente, ocúpese de ese tema: con pequeños éxitos y logros se avanza más rápidamente.


El proceso de protocolo familiar no es un «camino de rosas»


Nunca olvide, sobre todo para su tranquilidad, que este proceso de protocolo familiar no va a ser un “camino de rosas”.


Siempre encontrará piedras en el camino provocados porque a todos nos asustan los cambios y porque algunos verán peligrar su estatus actual.


De mayor fuera jurídica al protocolo familiar


Complemente el protocolo familiar con otros documentos que tienen mayor fuerza jurídica. Me refiero a que esos acuerdos a los que hayan llegado, los inserten en estatutos sociales, pactos societarios, testamentos, capitulaciones matrimoniales, etc.


¿Qué se regula en los protocolos familiares?


Aunque como ya le he apuntado, existen muchos temas que son objeto de regulación en los protocolos familiares, los más usuales, son:


  1. Los que regulan la forma, organización, funcionamiento de los órganos de gobierno de la empresa y de la organización de la familia.

  2. Los que regulan como se va a desarrollar el trabajo y la formación de familiares, es decir, regular todo el tema de entrada y trabajo de los familiares a la empresa familiar.

  3. Los que regulan todos los temas económicos, desde la política de dividendos, de tesorería, compraventa de participaciones, etc.


Estos últimos al final suelen ser los más importantes, por lo menos al inicio, porque al final, la parte económica tanto de los que están dentro como los que están fuera es fundamental.

Por supuesto hay muchos más temas, pero si usted y su familia llegan, tras un proceso adecuado, a acuerdos en alguno o todos de estos tres aspectos, le puedo augurar un futuro más prometedor que si no lo hace.




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