En los últimos años se ha normalizado que miles de usuarios reciban productos gratuitos a cambio de publicar reseñas en plataformas digitales como Amazon Vine. Para muchos, esta actividad es prácticamente un pasatiempo: abren un paquete, prueban el producto, escriben una valoración y, con suerte, acumulan más artículos sin coste.
Sin embargo, lo que parece un intercambio inocente puede llegar a tener consecuencias fiscales relevantes.
La Administración Tributaria ha aclarado que este tipo de prácticas encajan dentro de lo que se considera una actividad económica, lo que puede implicar obligaciones formales, registrales y tributarias incluso para quienes no se consideran “influencers” ni profesionales del contenido.
La consulta vinculante V1512-25 marca un antes y un después al establecer de forma explícita que las personas que reciben bienes a cambio de escribir reseñas realizan una actividad sujeta al IVA. No se trata de un simple matiz interpretativo: supone que una persona que participa en programas como Amazon Vine puede adquirir la condición de empresario a efectos fiscales simplemente por recibir productos gratuitos con cierta continuidad.
Por qué recibir productos gratis tiene relevancia fiscal
El funcionamiento de plataformas como Amazon Vine es sencillo: el usuario recibe un producto sin coste y, a cambio, se compromete a escribir una reseña honesta.
Aunque no hay dinero de por medio, sí existe un beneficio económico evidente: el valor del bien que recibe el usuario. Desde el punto de vista tributario, esto constituye una permuta.
Tú prestas un servicio —la elaboración y publicación de una reseña— y recibes un bien —el producto— como contraprestación.
Esta forma de retribución en especie activa automáticamente el radar fiscal. El hecho de que el pago no sea monetario no elimina la naturaleza económica de la operación.
A ojos de la normativa del IVA, lo que importa es que existe una prestación de servicios a cambio de un bien, no la forma en que se articula el pago. Por eso, cuando esta actividad se desarrolla con cierta organización, continuidad o intención de intervenir en el mercado, la Administración concluye que puede considerarse actividad económica.
Cómo determina Hacienda que existe una actividad económica
Una de las claves del criterio de la Administración es que no hace falta tener una empresa, una marca personal, ni una estructura profesional para ser considerado empresario o profesional. Basta con que existan ciertos elementos básicos:
- Alguna organización mínima de medios, como disponer de un perfil activo, elaborar contenido de forma recurrente, o utilizar herramientas básicas para preparar reseñas.
- Una cierta continuidad, aunque no sea constante. Varias reseñas al año pueden ser suficientes para entender que existe una actividad con vocación de permanencia.
- La existencia de una contraprestación clara: el producto recibido.
En el momento en el que concurren estos factores, Hacienda entiende que la persona está actuando como un profesional que presta un servicio.
Y, por tanto, le exige cumplir con las obligaciones correspondientes al IVA.
La consulta a la DGT parte del caso de una persona que participa en este programa, y se pregunta si debe declarar algo por los productos que recibe al escribir reseñas.
¿Cuál fue la respuesta de Hacienda?
La Dirección General de Tributos ha sido clara: sí hay que declarar. Según el criterio recogido en la consulta vinculante V1512-25, cuando una persona recibe bienes a cambio de escribir reseñas, está realizando una actividad económica sujeta a IVA, siempre que exista una cierta organización de medios (por mínima que sea) y una intención de participar en el mercado, aunque sea de forma ocasional.
En otras palabras, Hacienda considera que se está produciendo una permuta: tú prestas un servicio (la reseña) y recibes un bien (el producto).
Por tanto, debes tributar por el valor del bien recibido como si fuera una contraprestación en especie.
¿Qué implica esto en la práctica? Obligaciones fiscales
1. Adquieres la condición de empresario o profesional
Aunque no tengas una empresa ni te dediques profesionalmente a las reseñas, si realizas esta actividad con cierta intención de continuidad, o con una mínima organización, puedes ser considerado empresario a efectos del IVA.
Esto implica que:
- Debes darte de alta en Hacienda (modelo 036 o 037).
- Tienes que emitir facturas por tus servicios (aunque el pago se haya realizado en especie).
- Debes repercutir el IVA correspondiente al destinatario del servicio (por ejemplo, Amazon o quien corresponda).
- Estás obligado a presentar declaraciones trimestrales de IVA.
2. La base imponible es el valor del producto recibido
Como se trata de una permuta, en este caso el valor del bien que recibes (el producto) se considera la base imponible sobre la que debes calcular el IVA.
Es decir, si recibes un producto valorado en 100 €, deberás emitir una factura por ese importe, más el 21 % de IVA (21 € en este caso).
Este IVA debes ingresarlo en Hacienda, aunque no hayas recibido pago en dinero alguno.
3. Puedes deducirte el IVA soportado (con condiciones)
Si estás dado de alta como profesional, también podrás deducirte el IVA soportado en tus compras relacionadas con esta actividad (por ejemplo, equipos informáticos, conexión a internet, etc.), siempre que:
- Estén afectos a la actividad.
- Dispongas de la factura original a tu nombre.
- Se cumplan las condiciones del artículo 97 de la Ley del IVA.
¿Qué ocurre si solo hago una reseña puntual?
Este es uno de los matices más importantes.
La Administración reconoce que no toda reseña aislada constituye una actividad económica. Si una persona recibe un producto de manera totalmente puntual, sin intención de continuidad y sin organización de medios, puede entenderse que no está actuando como profesional.
Sin embargo, la línea entre lo puntual y lo habitual es cada vez más fina.
Basta con hacer varias reseñas a lo largo del año, tener una participación recurrente en programas de muestras o mantener un perfil relativamente activo para que Hacienda entienda que existe una mínima vocación de intervenir en el mercado.
La Administración ha dejado claro que analizará caso por caso, pero también que su umbral de exigencia es bajo cuando se trata de actividades digitales.
¿Qué pasa si no declaro nada?
No declarar este tipo de operaciones puede tener consecuencias:
- Sanciones económicas por no ingresar el IVA correspondiente.
- Requerimientos de Hacienda si detectan la actividad (por ejemplo, a través de datos compartidos por Amazon).
- Pérdida del derecho a deducirte el IVA en otros gastos relacionados.
Cada vez más, la Agencia Tributaria cruza información de plataformas digitales y aplica criterios estrictos incluso a microactividades económicas.
¿Es solo para Amazon Vine o afecta a más casos?
Aunque esta consulta se refiere específicamente a Amazon Vine, parece lógico asumir que el criterio es aplicable a cualquier situación similar:
- Influencers que reciben productos a cambio de menciones.
- Bloggers que hacen reseñas de libros, tecnología o cosmética a cambio de muestras gratuitas.
- Usuarios que reciben invitaciones a eventos o servicios sin pagar, a cambio de difundir su experiencia.
En todos estos casos, si hay una contraprestación y una actividad organizada, es probable que Hacienda considere que hay una actividad económica sujeta a tributación.
Recomendaciones finales
- Evalúa tu situación: si haces reseñas de forma recurrente, aunque no cobres en dinero, es muy probable que estés realizando una actividad económica.
- Asesórate con un experto fiscal: las implicaciones tributarias varían según cada caso. Un asesor puede ayudarte a cumplir con tus obligaciones y evitar sanciones.
- Mantén documentación: guarda los correos, facturas, fichas de productos y cualquier prueba de la actividad realizada.
- No ignores la fiscalidad digital: cada vez más, Hacienda vigila las actividades online, incluso las aparentemente informales.
Conclusión: si recibes productos gratis por reseñas, puedes estar obligado a tributar
- La actividad de recibir productos gratuitos a cambio de publicar reseñas, que muchos consideran un simple pasatiempo, puede tener implicaciones fiscales significativas.
- La Administración ha dejado claro que, cuando existe una cierta regularidad y una contraprestación en especie, se activa la obligación de tributar como empresario a efectos del IVA.
- La clave está en la continuidad, en la organización mínima y en el valor económico de los bienes recibidos.
- Evaluar la situación individual, entender las obligaciones y actuar con transparencia es fundamental para evitar riesgos y sanciones.
- En un contexto en el que Hacienda dedica cada vez más recursos a monitorizar actividades digitales, ignorar estas obligaciones no es una opción recomendable.
